Hoy recordamos la importancia de vivir en un mundo donde todas las personas puedan ser quienes son, sin miedo, sin violencia y sin discriminación. La homofobia, la transfobia y la bifobia no solo vulneran derechos, también generan sufrimiento, aislamiento y silencio.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de promover el respeto, la empatía y la inclusión. Desde la salud mental, sabemos que amar y vivir con libertad son necesidades humanas fundamentales. Nadie debería sentirse culpable, avergonzado o en peligro por su identidad o su orientación.
Que este día no sea solo una conmemoración, sino un llamado a reflexionar, a educarnos y a actuar. Porque el amor no daña, el odio sí.
Hoy, como todos los días, decimos fuerte y claro: NO a la discriminación. SÍ a la diversidad.