3 de julio de 2025
2 de julio de 2025
1 de julio de 2025
27 de junio de 2025
Disciplina y pasión: las claves del éxito en nuestro proceso de formación
Por: Representante Centro Gustavo Suárez.
Desde que inicié mi proceso como aprendiz, he
comprendido que más allá del conocimiento técnico o las habilidades específicas
que podamos adquirir, hay dos elementos que marcan la diferencia entre avanzar
realmente o simplemente estar “cumpliendo”: la disciplina y la pasión.
Sé que muchos de nosotros llegamos a este espacio de
formación con sueños, metas o, en algunos casos, sin una idea clara de lo que
buscamos. Pero con el tiempo he notado algo preocupante: muchos aprendices
están físicamente en los ambientes de aprendizaje, pero mental y emocionalmente
están desconectados. Asisten por cumplir, pero no se comprometen con lo que
realmente importa: su propio crecimiento.
He aprendido que la disciplina es la capacidad de
hacer lo que se debe hacer, incluso cuando no tenemos ganas. Es levantarse
temprano, entregar los trabajos a tiempo, respetar a los instructores y
compañeros, y sobre todo, ser constante. Sin disciplina, el talento se
desperdicia, las oportunidades se escapan y los resultados no llegan.
Pero no basta con ser disciplinado. También es
necesario tener pasión, ese motor que nos impulsa a seguir adelante cuando las
cosas se ponen difíciles. La pasión nos conecta con lo que hacemos, nos da
sentido y propósito. Cuando uno siente pasión por lo que estudia, por lo que
aprende, empieza a ver el proceso de formación como una oportunidad y no como
una obligación.
A mis compañeros aprendices les digo con honestidad y
respeto: estamos en este proceso por y para nosotros mismos. No lo hacemos por
nuestros padres, ni por los instructores, ni por el SENA. Lo hacemos porque
queremos un mejor futuro, porque tenemos metas, porque queremos ser útiles a
nuestras familias y comunidades.
No hay éxito sin esfuerzo. Y ese esfuerzo nace de una
decisión personal: ser responsables de nuestro propio camino. Ya no somos
niños; debemos actuar con la madurez que exige la vida laboral y profesional.
Si no tomamos en serio esta etapa, ¿cómo vamos a asumir los retos que vienen
después?
Los ambientes de aprendizaje son una oportunidad
única. Aquí se nos brinda conocimiento, herramientas, acompañamiento y recursos
que quizás otros no han tenido. Pero depende de nosotros aprovecharlo.
Por eso, hoy invito a todos los que leen estas
palabras a reflexionar: ¿estás en este proceso con disciplina y pasión, o solo
estás “cumpliendo”?
No es tarde para cambiar. Cada día es una nueva
oportunidad para decidir hacerlo mejor, para tomar el control de nuestro
proceso, para ser aprendices comprometidos, conscientes y decididos.
La disciplina te da estructura. La pasión te da
energía. Juntas, te llevarán al éxito.
26 de junio de 2025
25 de junio de 2025
24 de junio de 2025
RESILIENCIA
La resiliencia o entereza es la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos.
Cómo saber si soy resiliente
Puede que te preguntes: ¿realmente soy una persona
resiliente?
¿Cómo saber si una
persona es resiliente?
Para responder a estas dudas, a continuación, vamos a ver cómo
es una persona resiliente y qué características tiene:
- Busca
o detecta las causas.
- Aprende
de la adversidad en lugar de hundirse. Con ese propósito, hace los
cambios necesarios para poder afrontar la situación.
- Ve
los cambios como metas a superar en lugar de como problemas.
- Tiene
capacidad de adaptación y flexibilidad.
- No
se centra y entra en el bucle en pensamientos de “¿por qué?, ¿por qué a
mí?, ¡qué injusto!”, sino que se enfoca en el cómo, en la manera de
hacer frente a la situación.
- Tiene
una visión realista.
- Tiene
inteligencia emocional y empatía
- Posee
un buen nivel de autoestima.
Cómo
trabajar la resiliencia
La resiliencia se aprende y se desarrolla a lo largo de la
vida, de hecho, debería entrenarse desde la infancia. De todas formas,
si ese no ha sido tu caso, no pasa nada, hay actividades para fomentar
la resiliencia.
Cómo aprender a ser resiliente:
- No
te olvides de que la vida está hecha de luces y sombras. Hay que entender
que el dolor forma parte de la vida y que nadie está exento.
- Acepta
que el cambio también es parte de la vida. A veces, habrá
acontecimientos que te desviarán del camino por el que ibas y tendrás que
cambiar la perspectiva.
- Recuerda
qué habilidades y estrategias usaste en el pasado y te ayudaron en
los momentos más complicados. De esta forma puedes identificar tus
patrones de comportamiento y que todo te resulte más llevadero.
- No
te aísles, busca apoyo en tu entorno y soporte emocional. Cuando una
persona no se siente bien, tiende a buscar la soledad y es mucho más
saludable buscar una red de apoyo.
- Establece
objetivos realistas y alcanzables: trabajar hacia ellos fortalece
la sensación de logro y autoeficacia.
- Cultiva
una actitud de gratitud y autocompasión. Mantener un diario de
gratitud te puede ayudar a enfocarte en los aspectos positivos de tu vida,
y promueve una perspectiva más optimista y resiliente.